lunes, 18 de abril de 2016

Leyendo el Libro Sueño con Mariposas y otros relatos

El escritor venezolano Jorge Gómez Jiménez en el año 2012 obtuvo el premio con su relato "Sueño con Mariposas"  del Concurso Nacional de Minicuentos “Los Desiertos del Ángel”,  el cual es convocado por el Instituto de la Cultura de Aragua (ICA) a través de su Coordinación de la Oralidad y el Pensamiento Escrito. Al año siguiente en 2013 se terminó de imprimir la selección donde  además le fueron concedidas menciones a los relatos “Ensayo de una vida trágica”, de Alejandro Coita; “Volver”, de Cruz Arnaldo Jiménez Riera; “Autorretrato con muñecas”, de Rubén Alexander Moreno Gerdel; “La azotea”, de Gabriel Payares, y “Casa morada”, de José G. Padrón L.
Los jueces destacaron “la diversidad de propuestas narrativas representadas en este concurso, las cuales dan cuenta de las interesantes búsquedas temáticas y formales de nuestros escritores, así como de la vitalidad del género narrativo breve en Venezuela”. Fue así como en  mayo del 2015 me llegó a las manos la publicación y pude leer que con el seudónimo Luisa Arrambide y con el cuento: "Sin Aliento" la fotógrafa Isamar Delgado fue incluida dentro de esa diversidad narrativa que señalaban los jueces del mencionado concurso en una interesante y  afortunada incursión  dentro del ámbito del relato breve.

Aquí se los dejo para que lo disfruten y si lo consiguen en alguna librería vale la pena comprarlo.

SIN ALIENTO
POR: ISAMAR DELGADO 


En el apartamento, mis primas hablaban acaloradamente. Su parloteo decadente no me interesaba en lo absoluto. La mayor de ellas modulaba lentamente. Cadencia que hacía permanecer la palabra como en la invocación del OM. Un tapiz de fondo envolvente de indistinguibles sonidos me arrullaba. Iza saboreaba un brownie. La luz detrás de la silueta de ellas, distraía mis ojos atónitos. Desde el sofá sentía el aburrimiento de las paredes, un bostezo en la modorra del concreto. El ahorrador de energía del monitor encendía intermitente. Había masacrado a tantos virtualmente, que mis manos latían. Hace más de tres semanas que estoy sumida en ese juego no pocas horas al día. Encontré esa dirección web de un modo extraño y misterioso. Me aceptó días más tarde después de haber mentido mucho. Era una página macabra, kitsch. Lo primero que vi, fue un crimen en tiempo real, el suceso más angustioso y bizarro que fake alguno me hubiese causado entre tanta leyenda urbana. Una especie de obsesión se apoderó de mí. Veía imágenes evitando que alguien pudiera encontrarme frente al aparato y pensar que estaba completamente fuera de mis cabales. Me incorporé del sillón con la misma intensidad con la que caí en un descanso impuesto, asustada ya, de tanto horror desenfrenado y el desasosiego que me causaba mi estado. 

Salí a la calle. Las aceras estaban vacías. La brisa traía un murmullo de mes de mayo a cargo de las chicharras, tal vez. Sin embargo, parecía el rechinar de mandíbulas de animales rumiantes. Aparte del sol cegador y los vientos desérticos típicos de mi ciudad, solo los edificios hacían eco a mis pasos. De repente, algo espantoso sucedió. Al girar en la esquina, una horda de seres espectrales apareció frente a mí. Un suceso tantas veces repetido en la mente, esto no podía ser real. Esas personas caminaban con arrojo, un brío distinto al de las películas. Nada de andar tropezando, con caras largas y babeantes, arrastrando los pies. No. Definitivamente eran descarnados cuerpos, con varios días en un proceso de descomposición mórbida que de algún modo se detuvo para oxigenarse al aire del ambiente que comparten conmigo. Corrí posesa. Sus pasos vacilantes se tornaron acompasados solo para seguirme muy de cerca, ávidos, hambrientos. Pude reconocer algunos rostros. En la huida, traté de advertir a otros desprevenidos. Se rieron de mí, los zombis no existen, me decían. La ciudad estallaba, las cornetas de los autos permanecían cortando la atmósfera mientras yo huía despavorida en sentido contrario a mi ordenador, cuya sesión del juego de los muertos andantes, nunca cerré y de donde resucitados, escaparon, probándoles a todos, que aún vivían. 

DEL LIBRO: “SUEÑO CON MARIPOSAS Y OTROS RELATOS” 

Concurso Nacional de Minicuentos 

“Los Desiertos del Angel” 

Impreso por: Fundación Editorial el Perro y la Rana 

2013


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